“Lo más democrático de aquellos años fue la heroína”
De pequeño quería ser rey, pirata, empresario, mendigo… Al final optó por ser periodista porque era la profesión que le permitía cumplir ese sueño infantil de ser cada día alguien distinto. Jaime Barrientos reconoce no tener buen oído musical, pero si percibe una nota discordante en algo, no para hasta desmenuzar toda la partitura y detectar qué es lo que falla. Acaba de publicar Juguetes rotos: el precio de la fama, un libro que, gracias a la desgracia de otros, tendrá segunda parte porque son muchos los que mueren de éxito o víctimas de su propia genialidad. También rotos, pero por otras razones, han llegado los más de 3.500 jóvenes inmigrantes que han buscado refugio en casa de Jaime, siempre abierta.
VIDEOS
Accede a nuestro canal de