¿Qué formación debe tener un detective?
La que exige la ley de seguridad privada, aunque la están modificando. Es una carrera universitaria de tres años, es decir, 1.800 horas de formación. Hay universidades que tienen un título propio y otras que tienen el grado de criminología, siendo una de las salidas la de detective privado. Los títulos tienen que estar homologados por el Ministerio de Educación y por el Ministerio del Interior. Hay muchos compañeros que provienen de la carrera de Derecho, ya que, después, en la carrera de detective privado, se convalida toda la materia relacionada con esta rama. Además, pueden ejercer como abogados y detectives privados.
¿Es una profesión vocacional?
En gran parte, aunque es cierto que hay compañeros que llegan a esta profesión de manera fortuita, como yo. Pero, sin duda, tiene una carga vocacional porque los momentos más arduos de esta profesión pueden ser difíciles de llevar. No todo es tan bonito como se pinta en la literatura o el cine.
¿Por qué llegaste de manera fortuita?
Comencé a trabajar como secretaria en un despacho de detectives y me encantó. Empecé a trabajar como auxiliar y, posteriormente, me formé y me dediqué a ello. Fue algo accidental.
¿Cuántos detectives privados hay en España? ¿Hay muchas mujeres?
Ahora mismo hay unas 1.500 licencias activas. No sé exactamente cuántas mujeres hay, puesto que los datos del Ministerio del Interior no se realizan con ese filtro. Lo que sí es cierto es que el número de mujeres en esta profesión ha crecido notablemente. Calculo que seremos el 35 por ciento. Además, hoy día, en las universidades hay más mujeres que hombres estudiando la carrera de detective privado.
Desde fuera da la impresión de que es una profesión eminentemente masculina…
Antes se percibía así y, a veces, lo es, pero dentro del sector de la seguridad privada es en el que menos presencia masculina existe. En otros ámbitos, como los escoltas o los vigilantes, hay mayor presencia de hombres.
¿Qué características tiene que tener un detective privado?
Es complicado realizar un perfil tipo, ya que a lo que se puede dedicar cada detective es muy variopinto: no es lo mismo uno que trabaja más en la calle que uno que realiza las investigaciones en el despacho, por ejemplo. En cualquier caso, hay cosas fundamentales como la discreción, saber analizar todas las situaciones, saber enfrentarse a estas situaciones…
¿Cómo colaboran los detectives privados con la policía?
Nosotros dependemos orgánicamente del Cuerpo Nacional de Policía, en concreto, de la Unidad Nacional de Seguridad Privada. La relación a nivel institucional es buena, pero en el día a día depende de cada persona. El trabajo en la calle es difícil, somos muchos y a veces hay situaciones de fricción, pero con educación y sabiendo dónde están los límites de cada uno en la mayoría de las ocasiones no hay ningún problema.
La colaboración con la policía es una obligación legal, ya que desde que tenemos conocimientos de un hecho delictivo, estamos obligados a comunicarlo a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Además, en nuestras investigaciones, a veces, encontramos información potencialmente importante que nosotros no podemos manejar, por lo que se la trasladamos a ellos.
Si la discreción es un punto a tener en cuenta, ¿cómo te afecta tu presencia en los medios de comunicación por ser la presidenta de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (Apdpe)?
Afortunadamente, nadie me reconoce (risas). Muchos compañeros tienen este temor a salir en los medios de comunicación y a que se conozca nuestra profesión, por miedo a tener que salir a trabajar en la calle luego. Creo que la realidad es muy diferente, se puede trabajar perfectamente en la calle sin ningún problema, a pesar de que llevamos una temporada en el punto de mira. Al final, quien te reconoce porque has salido en la televisión es porque te conoce.
¿Cuál es la diferencia entre detectives y espías?
El término espía tiene connotaciones peyorativas. A los trabajadores del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se les llama espías, pero no existe tal profesión. Nosotros somos detectives.
¿Hay mucho intrusismo profesional?
Sí, desgraciadamente hay mucho. A veces encontramos anuncios en la prensa o en internet donde se ofrecen los servicios de un detective que realmente no está habilitado por el Ministerio del Interior. En esos casos, hacemos un seguimiento antes de hacer una denuncia ante la Unidad Nacional de Seguridad Privada. Es un problema de desconocimiento. Hay mucha gente que no sabe que para ejercer esta profesión hay que tener unos estudios, una habilitación para poder ejercer… Lo ven como una profesión atractiva, más aún en estos tiempos de crisis, para obtener dinero.
En otras ocasiones, hay gente que monta un despacho de detectives aprovechando el desconocimiento general de la ciudadanía. Nos pasa como a las clínicas de estética, los clientes no exigen los permisos. Incluso hay informes de detectives no habilitados que llegan a los tribunales porque algunos magistrados desconocen los requisitos que tiene que tener un detective privado para que se pueda ratificar su informe en un juzgado.
¿Qué tiene que hacer un cliente para asegurarse de que contrata a un detective privado de verdad?
La habilitación, lo que llamamos la TIP, la Tarjeta de Identidad Profesional. En ella se estipulan las habilitaciones que tenemos dentro del sector de la seguridad. En nuestra página web mostramos cómo es esta tarjeta. Ahora mismo conviven dos modelos, puesto que la nueva tarjeta nace de una orden ministerial que entró en vigor el año pasado. También tenemos colgadas las imágenes de fraudes, carnés de asociaciones de detectives inventadas, etc.
Otra cosa que aclaramos a los clientes es que nuestros informes no tienen un valor probatorio, es decir, que la presentación de un informe no determinará que la sentencia sea favorable, ya que existe una parte contraria, unos abogados y un juez, que será quien dicte la sentencia.
Se tiene la idea de que el policía retirado trabaja como detective privado, ¿es así?
Eso tiene mucho de literatura, aunque es cierto que en los principios de la profesión –regulada desde 1951-, o incluso antes, había ex policías y ex guardias civiles que se dedicaban a la seguridad privada, pero en la actualidad esto no ocurre. Si se diese el caso, serían intrusos puesto que no tiene la habilitación del Ministerio del Interior ni los estudios específicos, que no son convalidables con nada de la profesión ejercida por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
¿Qué es un detective de oficio?
Es algo que sonó mucho en los medios. Sería un detective de justicia gratuita, es decir, en caso de que un cliente que tiene asignada la justicia gratuita de abogado y procurador necesitara para la defensa un informe de un detective privado. Entendemos que tenemos que entrar en el sistema jurídico español dentro de la justicia gratuita solo para esos casos, no para cualquiera que necesite un detective privado y no tenga recursos.
Es un proyecto muy bonito que lanzamos en el año 2006 y que tuvo buena acogida en varias instituciones, pero con la crisis ha quedado aparcado. Se podría regular y los costes no serían extraordinarios. Hay casos, como las pensiones compensatorias o alimenticias, en los que, a lo mejor, no se pueden demostrar los ingresos que tiene una persona si no se realiza una investigación por parte de un detective privado, ya que puede que esa persona esté trabajando sin contrato o que esté recibiendo un dinero no regularizado.
¿Qué otras mejoras legales reclamáis desde la asociación?
Por ejemplo, reclamamos poder trabajar en el delito perseguible de oficio, el delito público habitual, una posibilidad que actualmente tenemos prohibida por ley. Creemos que todo delito tiene una parte civil en la que podemos trabajar. Además, esta reclamación está avalada por jueces y magistrados que piensan lo mismo, puesto que no entienden cómo no podemos realizar esa labor cuando muchas veces se valen de nuestros informes para dictar su sentencia. Con esto se niega a una gran parte de la ciudadanía una justicia digna, ya que se le impide buscar sus propias pruebas. En este país, solo la parte que instruye tiene la posibilidad de investigar, no existe la manera de que uno se busque sus propios medios probatorios.
También defendemos la aportación que podemos hacer a las administraciones públicas con nuestro trabajo, algo que ya hemos demostrado con nuestra labor en casos particulares. Por ejemplo, a la hora de verificar que los requisitos necesarios para obtener una subvención se cumplen y que la documentación que se aporta es cierta. O para la verificación de currículum. En España hemos tenido un director de la Guardia Civil, Luis Roldán, cuyo currículum no se verificó y luego pasó lo que pasó. La administración podría contratarnos en estos casos, pero no lo hace y eso es lo que reclamamos. En el entorno europeo esto se hace de forma constante.
¿Está más limitado vuestro campo de acción respecto al de los detectives de otros países?
Respecto a la formación somos los abanderados a nivel mundial. La formación que se ofrece en España es, con creces, la mejor. De hecho, según la comisión que fija los estándares mínimos, España lleva la voz cantante. Nuestra ley de seguridad privada ha servido de modelo a otros países. Pero respecto a las restricciones del ejercicio profesional tenemos muchas más que otros países. Por ejemplo, en Italia se puede investigar el delito público, mientras que nosotros estamos limitados en gran medida a los particulares o a las empresas.